Cuidar también es trabajar: el desafío de valorar y redistribuir el cuidado

El trabajo de cuidados, esa labor silenciosa y fundamental que sostiene la vida cotidiana, representa uno de los pilares invisibles de nuestra economía y sociedad. En el marco del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, el Consejo de Protección de Derechos del DMQ (CPD) pone el foco en esta realidad que afecta principalmente a las mujeres de nuestra ciudad.

Según la Cuenta Satélite de Trabajo no Remunerado del INEC, las mujeres dedican en promedio 31 horas semanales al trabajo no remunerado (actividades domésticas y cuidado de personas), mientras que los hombres apenas destinan 9 horas. Esto equivale a casi cuatro jornadas laborales completas que las mujeres realizan sin remuneración ni reconocimiento social.

Es vital reconocer que el trabajo de cuidados es el gran sostén invisible de nuestra sociedad. Sin él, nada funcionaría, pero paradójicamente, no se valora ni se reconoce económicamente. Este trabajo no remunerado representa aproximadamente el 19.1% del PIB nacional, lo que significa que 20 de cada 100 dólares producidos en la economía provienen del trabajo no remunerado.

En Quito, la realidad es especialmente desafiante. La campaña municipal «Cuida a quien te cuida», lanzada en marzo de 2024 por parte del MDMQ, reveló que esta carga de trabajo afecta desproporcionadamente a las mujeres con menor nivel educativo, quienes asumen el 81.2% del trabajo de cuidado no remunerado, mientras que aquellas con educación de postgrado representan el 67.7%.

Cuando las mujeres pueden distribuir equitativamente las tareas de cuidado, tienen más oportunidades de participar en el mercado laboral, continuar su educación y contribuir al desarrollo económico de la ciudad. Sin embargo, la realidad actual demuestra que la pandemia del COVID-19, así como la actual crisis eléctrica que vive el país, impacta directamente en la vida de las mujeres, quienes deben adaptarse a las condiciones adversas que se presentan para solventar las labores diarias.

Desde el CPD vemos imprescindible que se desarrolle una política pública de cuidados que reconozca el derecho a cuidar, ser cuidado y al autocuidado; así como la promoción de la corresponsabilidad en las tareas de cuidado entre hombres y mujeres.

Este Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo nos recuerda que la construcción de una sociedad más justa y equitativa pasa necesariamente por reconocer, redistribuir y remunerar justamente el trabajo de cuidados. No es solo una cuestión de derechos de las mujeres, sino de desarrollo sostenible y bienestar para toda la sociedad, así como una responsabilidad compartida entre familias, Estado, empresas y comunidad.