25 de julio: dignidad, resistencia y transformación en el día internacional de la mujer afrodescendiente

Cada 25 de julio conmemoramos el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, fecha que emerge desde la resistencia histórica y la lucha colectiva de mujeres que han enfrentado las múltiples dimensiones de la discriminación racial, de género y social, configurándose como una jornada de reflexión crítica sobre las deudas estructurales pendientes y el reconocimiento de la contribución transformadora del pueblo afrodescendiente en la construcción de sociedades más justas e igualitarias.

En el marco del Sistema de Protección Integral del Distrito Metropolitano de Quito, el pueblo afrodescendiente constituye uno de los diez Consejos Consultivos de Derechos reconocidos institucionalmente. Este mecanismo de participación democrática representa una conquista política fundamental que garantiza la presencia de las voces afrodescendientes en los espacios de toma de decisiones, superando décadas de invisibilización.

Las mujeres afrodescendientes enfrentan discriminación interseccional, donde confluyen múltiples formas de opresión como el racismo estructural que las margina por su pertenencia étnico-racial, el patriarcado que las sexualiza y las subordina por su condición de género, y las desigualdades socioeconómicas que las ubican en posiciones de mayor vulnerabilidad frente al acceso a oportunidades educativas, laborales, de salud y participación política.

La celebración de este día constituye también un acto de memoria histórica que reivindica las contribuciones fundamentales de las mujeres afrodescendientes como constructoras de conocimientos, preservadoras de tradiciones culturales, lideresas comunitarias, intelectuales, artistas, activistas y transformadoras sociales.

La conmemoración del 25 de julio interpela a la sociedad quiteña para avanzar hacia la construcción de una ciudad antirracista, donde las diferencias étnico-raciales se reconozcan como expresiones de la riqueza humana. Esta transformación cultural requiere educación, acciones comunicacionales y voluntad política, que desnaturalicen el racismo y promuevan relaciones basadas en el respeto, la reciprocidad y la justicia.

El Consejo de Protección de Derechos del DMQ reafirma su compromiso con la construcción de una sociedad donde todas las personas, independientemente de su pertenencia étnico-racial, accedan al pleno ejercicio de sus derechos y participen activamente en la construcción de una sociedad más inclusiva.