Las barreras sociales y actitudinales son factores en el entorno de una persona que, en su ausencia o presencia, limitan la funcionalidad y originan discapacidad al limitar su participación plena y efectiva en la sociedad.
Estas barreras pueden ser sociales, actitudinales, físicas, tecnológicas, entre otras; y limitan el ejercicio de derechos de las personas con discapacidad.
Las barreras de actitud son las más comunes y contribuyen a la imposición de otras barreras. Pueden ser conductas, palabras, frases, sentimientos, preconcepciones, o estigmas, que limitan el acceso de las personas con discapacidad a los espacios, objetos, servicios y en general a las posibilidades que ofrece la sociedad.
Entre las más comunes están:
Estereotipos, como asumir que la persona con discapacidad es indefensa y vive en sufrimiento, o tiene una mala calidad de vida.
Estigma, prejuicio y discriminación: Dentro de la sociedad, estas actitudes pueden provenir de las ideas que las personas tienen acerca de la discapacidad. Las personas pueden ver la discapacidad como una tragedia personal, como algo que se tiene que curar o prevenir, como un castigo por haber hecho algo malo, o como una indicación de la falta de capacidad para comportarse en sociedad del modo que se espera.
Para romper las barreras actitudinales que impiden que las personas con discapacidad ejerzan a cabalidad sus derechos, debemos analizar la forma en que nos relacionamos con este grupo prioritario. Debemos hacerlo sin compasión o actitudes paternalistas. Es importante interactuar con naturalidad, respeto a su dignidad, y siempre fomentando su capacidad e independencia.
A continuación, algunos consejos a tener en cuenta a la hora de relacionarse con personas con discapacidad:
- Interactuar directamente con ellas, independientemente de que se encuentre acompañado de otra persona.
- No tratarles de manera condescendiente.
- Evitar tratar o hablar de manera infantil.
- Utilizar un lenguaje claro y sencillo facilita la comprensión.
- Escucha con atención. Las personas con discapacidad, como todos, tienen cosas que contar. Y quieren que les escuchen.
- Respeta sus decisiones. Hay momentos en los que todos preferimos estar solos, o la ayuda que se nos brinda o la propuesta que se nos hace no nos apetece. Respétalo sin ofenderte.
- Hazle partícipe. Son muchas las actividades que una persona con discapacidad puede realizar de la misma manera que otras personas.
Para conocer más sobre las barreras que limitan el ejercicio de derechos de las personas con discapacidad, te invitamos a ser parte de la campaña: “Eliminemos las barreras que nos excluyen”, donde encontrarás más información y consejos para ser un agente de cambio.
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