Nuestras madres, abuelas, tías y/o hermanas tenían a su cargo actividades de cocina, cuidado, ayuda en la escolaridad o trabajo doméstico. Desde generaciones atrás, estas actividades eran realizadas por mujeres y se las interpretaba como un acto de amor. Ahora sabemos que la asignación de estas tareas responde a un rol social que repliega a la mujer a actividades domésticas lejos de la dinámica económica, y muchas las siguen realizando por costumbre u obligación.
Esta situación no cambió con la incorporación de la mujer al mundo laboral, de hecho el peso principal de las tareas de cuidados sigue recayendo en las mujeres quienes se ven sobrepasadas por las exigencias profesionales, personales y familiares que reciben. Esto representa uno de los mayores obstáculos que encuentran las mujeres para su plena participación en igualdad de condiciones, en el mercado laboral.
En muchas familias aún sigue vigente el modelo tradicional en el que los hombres salen a la calle a “trabajar” y las mujeres se quedan en casa al cuidado de niñas, niños, adolescentes, personas enfermas o adultos mayores. Esta situación que se ha visto incrementada durante la pandemia por COVID-19.
Sybel Martínez vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos del DMQ, durante el Foro Género, Cuidado y Salud Mental, mencionó que “en el Ecuador en situaciones normales las mujeres dedican tres veces más tiempo al hogar, incluso con la presencia de la pareja. Durante la pandemia esto aumentó en un 20%, la mayoría del cuidado va dirigido a las niñas y niños.”
El cuidado familiar significa un impacto en la vida social, laboral y económica de la cuidadora. Sin embargo existen costes aún más profundos y que no tienen relación con la situación monetaria de la mujer; estos implican, el deterioro de cualquier dimensión de la calidad de vida individual, daños en la salud física y graves afectación en la salud mental de las mujeres. El llamado “sacrifico” por su familia detiene o elimina sus aspiraciones personales y roles sociales.
Es justamente, por esta situación que, desde el Consejo de Protección de Derechos de Quito, se viene impulsando varias acciones que pongan en evidencia las vulneraciones que viven diariamente millones de mujeres en nuestro país.
Una de estas acciones fue el Foro Virtual: Género, Cuidado y Salud Mental, realizado el pasado jueves 17 de marzo de 2022, en el que participaron panelistas como Sybel Martínez, vicepresidenta de este Consejo, Ignacia Páez del Ministerio de Salud Pública del Ecuador, Liliana Zanafria de la Subsecretaria de Discapacidades en el Ministerio de Inclusión Económica y Social, Soledad Torres del Consejo Nacional para la Igualdad de Género e Ivonne Alvarado, Presidenta de APADA (Asociación de Padres de Personas con Autismo).
En este foro se abordó desde varias aristas la necesidad de construir nuevas masculinidades, el rol del acompañamiento, cuidado y fidelidad a las cuidadoras, la realidad de las madres de personas con discapacidad, la necesidad de construir políticas públicas que reconozcan las labores de cuidado, entre otras temáticas.
El video completo de este foro lo puede revisar en: https://fb.watch/bVHKB5G_1n/
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