El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en recuerdo de la Matanza de Sharpeville (acto que tuvo como consecuencia la muerte de 69 personas negras, entre ellas mujeres y niños), ocurrida en 1960 a manos de la policía sudafricana contra manifestantes que protestaban por la aplicación del “Apartheid”, sistema de segregación racial, implantado hasta 1992 en Sudáfrica y Namibia, que mantenía lugares separados, para los diferentes grupos raciales, y tenía el voto exclusivo para la minoría blanca (21 % de la población), manteniendo así su posición de privilegio.
Al tomar esta decisión las Naciones Unidas quieren recordar que la discriminación racial, término utilizado para referirse a la exclusión o trato desigual a una persona o colectivo a causa de su raza, es una negación de los derechos humanos, de las libertades fundamentales, de la justicia, y ofensa a la dignidad humana, motivo por el cual la prohibición de la discriminación racial ha quedado consagrada en todos los instrumentos básicos de derechos humanos.
La discriminación racial, racismo o xenofobia son problemas a los que se enfrentan millones de personas de todo el mundo, entre ellos, refugiados que han tenido que cruzar las fronteras de su país para llegar a un lugar seguro.
La Asamblea General también recuerda que todas las doctrinas de superioridad racial son científicamente falsas, moralmente condenables, socialmente injustas y peligrosas por lo que deben rechazarse, al igual que las teorías con que se pretende determinar la existencia de razas humanas separadas. Por ello los Estados tienen la obligación de erradicar la discriminación en las esferas pública y privada.
En este año 2022, con el lema “Voces por la acción contra el racismo”, los organismos internacionales se proponen promover la participación para prevenir y combatir la discriminación racial e injusticia; y motivar que se escuchen las voces de las personas afrodescendientes.
En nuestro país debemos escucharnos, en especial para comprender por qué, pese a que desde 1998, se reconoció en la constitución, la diversidad étnica aún no se ha logrado implementar, ni aplicar de manera efectiva las leyes y políticas para la protección de los derechos de las personas pertenecientes a los pueblos y nacionalidades, afrodescendientes, o quienes se encuentran en situación de movilidad humana.
Las desigualdades que existen en Ecuador se hacen evidentes al observar que el nivel de pobreza entre las mujeres es de 29,5%; en pueblos y nacionalidades indígenas es del 56,7%, y en pueblos afroecuatorianos y montubios es del 37,7% y del 38,3%, respectivamente[1]. Es decir, como ejemplo, mientras el 7.2% de nuestra población es afro ecuatoriana, representan casi el 40% de quienes viven en condiciones de pobreza.
Estas brechas de género y de etnia dan cuenta de cómo el machismo y el racismo excluyen y empobrecen a determinados grupos de personas, exponiendo la realidad de una sociedad injusta, que aún reproduce estructuras coloniales.
Los pueblos y nacionalidades originarios del Ecuador, el pueblo afro ecuatoriano, las personas en movilidad humana continúan sufriendo discriminación racial, particularmente con relación a su acceso a la justicia, la seguridad, la tierra, el agua potable, la educación, la atención médica, la vivienda y las oportunidades de crecimiento económico.
Desde este Consejo, reiteramos nuestro compromiso por la protección de derechos de los grupos de atención prioritaria, en situación de riesgo y/o vulnerabilidad del Distrito Metropolitano de Quito, en especial de nuestros compañeros miembros de los pueblos y nacionalidades originarios del Ecuador, el pueblo afro ecuatoriano y las personas en movilidad humana quienes continúan sufriendo discriminación racial, particularmente con relación a su acceso a la justicia, la seguridad, la tierra, el agua potable, la educación, la atención médica, la vivienda y las oportunidades de crecimiento económico.
Erradicar el racismo contribuye a mejorar la situación socioeconómica del país, generando una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.
[1] https://www.primicias.ec/noticias/firmas/desigualdad-ecuador-falta-oportunidades-jovenes/
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