Aún en la actualidad, ser una persona LGBTTIQ+ y/o tener una sexualidad diversa sigue siendo un motivo de discriminación, que muchas veces termina en hechos trágicos de violencia y persecución debido a la falta de tolerancia, respeto y reconocimiento de la diversidad.

Es por todos conocido que, las personas LGBTI son víctimas de homicidios, violencia sexual, agresiones físicas, maltrato y tortura, detenciones arbitrarias, acusaciones de conducta inmoral, restricción o exclusión en goce de los derechos de reunión, de expresión y de información, entre otros.

Igualmente, estas personas son discriminadas en el acceso a derechos sociales como el derecho al empleo, a la salud, a la educación, a la vivienda, a la protección social, entre otros.

A esto se lo llama discriminación por orientación sexual o identidad de género, que se explica como la exclusión, restricción, o preferencia no justificada, que tiene por objeto o por resultado, anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de sus derechos y libertades.

Esto se traduce por lo general en insultos hasta el acoso, llegando hasta la negación de puestos de trabajo o de atención médica adecuada, el espectro de discriminación puede llegar a ser letal.

Por eso es importante que tengamos presentes cuales son los derechos de las personas LGBTTIQ+ y su importancia.

Primero se debe tener claro que toda persona debe poder sentirse orgullosa de ser quien es y de amar a quien ama. Todas las personas tenemos derecho a expresarnos con libertad. El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (que consagró por primera vez los derechos de todas las personas) protege el derecho de toda persona a expresarse con libertad.

Si acogemos a la población LGBTI y entendemos sus identidades, podremos aprender a eliminar muchas de las limitaciones que imponen los estereotipos de género, que son nocivos para toda la sociedad, ya que definen y limitan cómo se supone que debemos vivir la vida. Si los eliminamos, todas las personas serán libres de desarrollar todo su potencial, sin limitaciones sociales discriminatorias.

La población LGBTI y, en especial, quienes no se ajustan a las convenciones de género, a menudo corren peligro de sufrir exclusión económica y social. La lucha por leyes más inclusivas, al margen de la orientación sexual y la identidad de género, permitirá a estas personas realizar sus derechos a la salud, la educación, la vivienda y el empleo.

La denominación de una persona como lesbiana, gay, bisexual, transgénero o intersex (LGBTI) asegura el reconocimiento legal de la orientación sexual o de la identidad de género como condición esencial de la persona a ser protegida.

En este contexto el 28 de junio de cada año se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBT,  que se instauró a partir de los disturbios que se produjeron el 28 de junio de 1969 en Stonewall, un pub ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village, en los que la comunidad LGBT luchó contra la persecución de los homosexuales iniciando un movimiento que se extendería desde Estados Unidos a todo el mundo.

Este día tiene como objetivo la lucha por la dignidad de las personas que forman parte del colectivo celebrando eventos y marchas del Orgullo para continuar con el movimiento de liberación homosexual.

Para el 2020, dado el actual estado de emergencia que vive el Ecuador y el resto del mundo a consecuencia de la pandemia por COVID19, muchas de las actividades contempladas por el Día del Orgullo LGBTI han sido suspendidas, lo cual no implica que los derechos de este colectivo se hayan relegado o la lucha por su respeto y garantía se haya detenido; por el contrario es ahora cuando se debe exigir al Estado y la Sociedad un mayor respeto a la diversidad y la protección de los derechos que gozan, como seres humanos.