24 de diciembre de 2019

En esta época de celebraciones para muchas personas se visibiliza en nuestra sociedad la inequidad, desigualdad y pobreza. El día de ayer, 23 de diciembre,  fecha en la que se colocan mensajes de paz, amor y solidaridad, fuimos testigos de un repudiable hecho de violencia por parte de un guardia de seguridad del Centro Comercial El Bosque en contra de un adolescente que se encontraba vendiendo fundas y papel de regalo en el parqueadero principal del establecimiento. Lamentablemente, este tipo de situaciones que viven muchos adolescentes que apoyan en la economía familiar y pertenecen mayoritariamente a hogares pobres, rurales, que recogen un pasado y un presente de pobreza normalizada y acumulativa que pasa de generación a generación sin lograr romper ese círculo, ocurren con frecuencia ante la pasividad de personas adultas.

Sin embargo, es precisamente en estas fechas donde la peligrosa naturalización de la violencia y la falta de empatía ante hechos que afectan a nuestros niños, niñas y adolescentes se visibiliza con mayor fuerza. Por eso, vale recordar que eliminar el trabajo en la niñez y adolescencia implicará  combatir a la pobreza, con un cambio en las políticas económicas para generar empleo digno para las madres y padres.

También es importante recalcar que las niñas, niños y adolescentes son un grupo de atención prioritaria, que al igual que los adultos tienen derechos que deben ser respetados y garantizados, al tiempo que su protección debe ser especial y reforzada en todos los ámbitos en los que se desenvuelven; por eso es alarmante que la ciudadanía mire con normalidad las manifestaciones de la desigualdad y del maltrato cuando éstas afectan precisamente a las personas más vulnerables, empobrecidas y excluidas de la ciudad.

La Constitución de la República (Art. 44) reconoce que el Estado, la sociedad y la familia deben promover de forma prioritaria el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes, así como asegurar el ejercicio pleno de sus derechos. Por lo que nos corresponde a todas y todos proteger y respetar sus derechos, mismos que prevalecen sobre los de las demás personas.

De igual manera, nuestra Constitución reconoce el derecho a la integridad física, psíquica y a una vida libre de violencias, en el ámbito público y privado. Bajo estos parámetros todo acto violento perpetrado en contra de cualquier niña, niño o adolescente debe ser puesto en conocimiento de la autoridad competente, conforme lo señala el artículo 277 del Código Integral Penal y el artículo 17 del Código de la Niñez y la Adolescencia. El acto de denunciar no es opcional.

En este contexto, el Consejo de Protección de Derechos del Distrito Metropolitano de Quito, en cumplimiento de sus competencias y atribuciones:

  • RECHAZA enérgicamente el maltrato proporcionado por un guardia de seguridad del Centro Comercial El Bosque al adolescente, trabajador prematuro, que si podría escoger, seguramente, no estaría vendiendo fundas de regalo y papel, para ayudar a la economía familiar, en un lugar en el que la mayoría de personas acude a realizar compras para celebrar una fecha cuyo centro de atención es el consumo y la indiferencia hacia quienes no tienen las mismas posibilidades y que -además- son víctimas de maltrato como consecuencia de esta situación de inequidad.
  • EXHORTA al Estado Ecuatoriano, como garante de derechos, a definir y/o fortalecer las políticas públicas integrales de prevención del trabajo infantil y erradicación de toda forma de violencia en contra de niñas, niños y adolescentes, evitando así que, además de la pobreza, tengan que soportar maltrato, humillaciones y abusos de parte de quienes están llamados a protegerlos.
  • EXIGE a los representantes del Centro Comercial El Bosque que efectúen las acciones correspondientes para establecer sanciones administrativas al guardia que, en un acto de prepotencia y abuso de poder, agredió al adolescente. De igual modo, que promueva las acciones necesarias para asegurar que su personal tenga un claro entendimiento de los límites de sus acciones y se abstengan de protagonizar hechos de violencia, sobre todo en contra de este grupo de atención prioritaria, y que respeten, en todas sus dimensiones, la dignidad e integridad de las personas.
  • CONMINA a la ciudadanía -en general- a ser sujetos activos de la protección de las niñas, niños y adolescentes, sin distinción alguna. Que no permitan que la naturalización de la violencia sea una constante en sus vidas y continúe fomentando la desigualdad entre todas y todos, particularmente en estas fechas, en las que la solidaridad, la empatía y el respeto por el otro deben ser lo que prime en nuestras vidas.

Concurrir por las y los niños es imperativo, responder a la niñez en su dignidad, en su vulnerabilidad y sus quiebres, de la manera más sensible e íntegra, debe ser la respuesta.

El Consejo de Protección de Derechos permanecerá vigilante de las acciones que el Centro Comercial El Bosque, y todos los centros comerciales del Distrito Metropolitano de Quito, adopten para prevenir estas situaciones y proteger -especialmente- a las niñas, niños y adolescentes que acuden a ellos.

Gissela Chalá Reinoso

PRESIDENTA DELEGADA DEL ALCALDE

AL CPD

Sybel Martínez Reinoso VICEPRESIDENTA

REPRESENTANTE SOCIEDAD CIVIL