En estos últimos días –a través de redes sociales– ha circulado un video de una comerciante informal que vende cabestros (látigos de plástico) en el Centro Histórico de Quito. Para hacerlo utiliza expresiones como “vaya llevando el psicólogo para sus malcriados. Para los que no hacen deberes, el antiguo psicólogo solo a dólar (sic)”, dando clara connotación de que esos instrumentos van a ser utilizados para “disciplinar” a niñas y niños.
Las reacciones de la ciudadanía han sido diversas. Por un lado, ha existido un grupo de personas que está demandando que acciones como estas sean sancionadas en beneficio de los derechos de los niños y niñas. Por otro lado, un importante grupo de ciudadanos y ciudadanas se ha puesto a favor de este tipo de prácticas, e incluso en algunos casos los ha tomado como un chiste.
Desde este Consejo reiteramos que ninguna forma de violencia y maltrato – provenga de quien provenga – puede ser justificado. No existen métodos educativos efectivos que utilicen la agresión como parte de sus acciones. Por ende, creer que los golpes a un niño o niña son algo que ayuda en su desarrollo, no solo que es una equivocación, sino incluso un delito.
Se ha comprobado que las personas que fueron víctimas de violencia en su infancia tienen más posibilidades de reproducir esos mismos patrones de violencia y abuso cuando son adultos y adultas. Lo harán en sus familias (contra sus propios padres y madres, parejas e hijos), en sus espacios laborales, en sus relaciones sociales, e incluso con graves afectaciones a la sociedad.
La violencia es un fenómeno que se ha naturalizado en la sociedad capitalista moderna, el patriarcado, la división sexual del trabajo, la vulneración de derechos constante tiene una raíz estructural, es un fenómeno histórico que debe ser comprendido a profundidad. Hechos como el mencionado no hacen más que insertarse en esta lógica donde el capital moldea los cuerpos y las relaciones sociales, donde por regla los niños y niñas son sujetos de “menos derechos”.
Con este antecedente, y en función del principio de “interés superior del niño” que es el que orienta las políticas, decisiones y demás acciones, este Consejo:
- EXHORTA a las instancias pertinentes a tomar las acciones correspondientes (entre ellas el retiro de estos artículos) para evitar que, a pretexto de vender un producto, aparezcan y proliferen personas que convoquen a una acción delictiva –el maltrato a niñas y niños – que claramente está tipificado en el Código de la Niñez y Adolescencia y en el Código Orgánico Integral Penal.
- INSTA a los padres y madres de familia, y otros cuidadores/as, a desechar de sus convicciones la idea de que el castigo físico es el mecanismo efectivo para disciplinar a las niñas, niños y adolescentes, y cambiar las relaciones maltratantes por relaciones de buen trato, afecto y protección a este grupo de atención prioritaria.
- CONVOCA a la ciudadanía a no normalizar este tipo de acciones, a no tomarlas como algo natural y, peor aún, asumirlo como algo que nos puede divertir. Estas expresiones solo demuestran que como sociedad no hemos entendido que la única manera de crecer y desarrollarnos es a partir del diálogo, de la educación basada en los principios de la participación desde el ejercicio de los derechos de todos y todas y, ante todo, mediante la redistribución de la riqueza entre quienes la producen con su trabajo diario.
Reiteramos que seguiremos tomando acciones – en el marco de nuestras competencias – para erradicar toda forma de violencia contra cualquier persona, principalmente contra niñas, niños y adolescentes. Pero esto es posible solamente si cada uno de nosotros y nosotras, como ciudadanos y ciudadanas, reafirmamos nuestro compromiso por una vida libre de violencia y si cada institución cumple efectivamente la función para la que fue creada.
Gissela Chalá Reinoso
PRESIDENTA DELEGADA DEL ALCALDE
Síguenos