Mucha magia y mucha suerte tienen las niñas que consiguen ser niñas
E.G
Según datos del Censo 2010 un tercio de la población del Distrito Metropolitano de Quito corresponde al grupo poblacional de niñas, niños y adolescentes; esto es, 736.349; de este total, el 49,3% son mujeres: niñas y adolescentes.
Cada 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña, cuyo objetivo es reconocer los derechos de las niñas y sensibilizar a la ciudadanía sobre las problemáticas que ponen en riesgo algo que es básico para éstas: su crecimiento feliz y su desarrollo integral y protegido, pues es importante recordar que la niñez es una etapa crucial en el desarrollo evolutivo del Ser Humano, cuyas condiciones de vida actual determinarán la calidad y el proyecto de vida futura.
La etapa de la niñez por sí misma representa un momento de la vida que requiere mayor protección y cuidado, lo que es particularmente importante en el caso de la niña, debido a que suele enfrentar situaciones de doble -y más- vulnerabilidad, exponiéndolas a mayores situaciones de discriminación y violencia como: abuso sexual, explotación sexual, trata y tráfico, matrimonios forzados, embarazos precoces, o de asumir responsabilidades en el cuidado de su casa, de sus hermanos menores, e incluso de los mayores, y de los /as adultos/as.
La violencia, por sí misma, puede dejar huellas físicas, psíquicas y emocionales en todo ser humano que muy probablemente durarán toda la vida, agravándose dichas secuelas a la condición de ser mujer -y más aún de ser niña-, entonces es fundamental invertir en la prevención de situaciones violentas que afecten a las niñas así como en la protección y reparación de sus derechos en caso de que éstos hayan sido vulnerados, para lo cual –mínimamente- se requiere:
• La recuperación y fortalecimiento del Sistema de Protección Integral a Niñez y Adolescencia.
• La definición y cumplimiento de políticas que aseguren la protección integral de las niñas, promoviendo su inclusión en una sociedad cambiante que evite su explotación y discriminación.
• La articulación y coordinación de los organismos del Sistema de Protección Integral, nacional y local, que promuevan una efectiva atención, protección y restitución de los derechos vulnerados, con una justicia expedita y especializada, como manda la Constitución de la República y demás leyes.
• El compromiso ciudadano para crear condiciones de respeto y buen trato a todas las niñas, en todos los espacios públicos y privados, sean éstos familiares, comunitarios o sociales.
Reconocer los derechos de las niñas significa reconocer su identidad, autonomía, sus capacidades y potencialidades, su dignidad de ser humano, para que puedan desarrollarse en condiciones de igualdad y no discriminación, aportando de manera efectiva a su propio desarrollo y al de la sociedad.
Por esta razón, el 11 de Octubre -Día de la Niña- no puede pasar desapercibido, es un día que nos obliga a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como padres/madres, maestros, cuidadores, como familias y sociedad -en general- en garantizar el bienestar de las niñas, nuestras hijas, hermanas, alumnas, vecinas, etc. Es un día en el que tenemos que renovar el compromiso -o comprometernos- a tratarlas con cariño, respeto y solidaridad, para que crezcan sanas, felices, seguras, confiadas en sus familias, en los gobernantes y en esta sociedad que tiene la obligación ética y jurídica de protegerlas.
Vaya para todas las niñas del Distrito Metropolitano de Quito nuestro inmenso cariño y compromiso de continuar trabajando por la protección de sus derechos, para que algún día podamos decir que las niñas que consiguen ser niñas no lo son por magia o por suerte sino por la acción de la sociedad que las protege.
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