En 2009 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 18 de julio como el Día Internacional de Nelson Mandela, para reconocer su aporte a la cultura de la paz, respeto a los derechos humanos y su lucha por la libertad.
Nelson Mandela nació un día como hoy hace 100 años y dedicó gran parte de su vida a la labor humanitaria enfocada a la resolución de conflictos, promoción y protección de los derechos humanos en especial de grupos vulnerables, reforzamiento de la democracia en el mundo y defensa de comunidades pobres.
Conocido como el Héroe Antirracista, nació el 18 de julio de 1918 y fue el primer miembro de su familia en ir al colegio y en ser parte activa de la vida política en Sudáfrica. Sus primeras luchas se dirigían a combatir el segregacionismo desde el Congreso Nacional Africano (CNA). Estos ideales le costaron la su arresto y posterior condena a cadena perpetua acusado de traición.
27 años y medio después de su encarcelamiento fue liberado y elegido presidente del Congreso Nacional Africano, desde donde empezó a negociar cambios constitucionales en Sudáfrica y a trabajar por la instauración de democracia, así como por el fin de la violencia política.
En 1993 Mandela recibió el premio Nobel de la Paz y un año más tarde se convirtió en el primer presidente negro nombrado tras unas elecciones democráticas multirraciales. A pesar de retirase de la vida política en 1999 siguió ejerciendo como mediador en procesos de paz como el de Burundi.
Sus lecciones hablan sobre justicia social, igualdad, responsabilidad, derechos humanos y solidaridad.
“La eliminación de la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia.”
“Los logros de Nelson Mandela tuvieron un precio enorme para él y para su familia. Su sacrificio sirvió no solo a la gente de su propio país, Sudáfrica, sino que hizo del mundo un lugar mejor para todas las personas, en todos los lugares… Él nos enseñó el camino, cambió el mundo”. – Secretario General Ban Ki-moon
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